Recibe varios impactos de
bala en tórax y abdomen
Guadalajara
La muerte sorprendió a una
joven de 26 años que fue asesinada a balazos, sin que hasta el momento se sepa
por qué fue que alguien decidió terminar con su vida, o si todo se debe a una
confusión.
La noche del 13 de
febrero, como si la fecha fuera cabalística, Nayeli Viridiana Cedillo González,
la víctima, y su novio Francisco López Ayala, de 27 años, acudieron a un
convivio con sus amigos.
Antes de la medianoche,
narra López Ayala, decidieron retirarse y enfilar sus pasos hacia la casa de la
mujer, para lo cual abordaron un auto Ford Mustang.
Al volante iba el joven,
quien pretendía llevar sana y salva a su novia hasta su hogar.
Justo cuando circulaban
por el Antiguo Camino a Tesistán, dos hombres que iban en un auto Dodge Stratus
gris se les emparejaron.
Sin decir ni una sola
palabra, ni un solo reclamo o grosería, el sujeto que iba en el asiento del
copiloto desenfundó un arma de fuego y empezó a disparar contra la pareja del
Mustang.
La reacción de López Ayala
fue agacharse y meter a fondo el pie sobre el acelerador, para eludir el ataque
y alejarse de los agresores.
Pero todo fue en vano,
pues las balas sí alcanzaron el cuerpo de nayeli Viridiana, quien sangraba de
su pecho y de su abdomen.
Al darse cuenta de las
lesiones que presentaba la mujer, el joven continúo su camino hasta llegar a
las puertas del coto Jardines de Oro y Jardines de la Plata, en la colonia
Jardines del Valle.
De inmediato bajó de su
Ford Mustang y buscó ayuda. Por el lugar pasaba un taxista, quien al ver que López
Ayala le hacía la solicitud de servicio, detuvo su marcha para que el joven
abordara el vehículo.
Pero no iba solo, de
inmediato subió a Nayeli Viridiana a la parte trasera del auto de alquiler y el
chafirete emprendió su marcha hacia la Cruz
Verde Zapopan Norte.
Era una lucha contra el
tiempo, contra la misma muerte, la cual al final triunfó, pues aunque la joven
fue recibida por los médicos y éstos hicieron lo que estaba a su alcance para
mantenerla con vida, todo fue inútil. Las heridas eran graves, la pérdida de
sangre, peor.
Y entonces llegaron los
policías investigadores, retuvieron al taxista y a López Ayala, pretendían
aclarar los hechos a través de preguntas agresivas, amenazantes, inhibidoras.
La noticia cobró vuelo en
los noticieros de radio y televisión, donde se afirmaba que Nayeli Viridiana
estaba embarazada, una gestación aproximada a los siete meses.
Esta versión fue
desmentida por los médicos forenses que estudiaron el cuerpo de la joven, no
había ninguna vida gestándose en su vientre, se trataba sólo de una distensión
intestinal.
Y como siempre pasa, los
familiares de Nayeli Viridiana tuvieron que rendir su declaración ante el
fiscal adscrito al Servicio Médico Forense para poder verla otra vez, pero en
esta ocasión ya sin vida.
De los agresores nada se
sabe, de los motivos que tuvieron para terminar con su vida, tampoco. Todo quedó
en manos de los agentes investigadores de la Procuraduría General
de Justicia del Estado.
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